Historias VOLVER
Alto, negro, delgadito, artesano, el pelo con rastas, en
1988 deambulando por las calles del pueblo ese tipo no podía ser otra cosa que
un pibe brasilero. Tendría, como mucho veinte años, y andaba solo.
Sabemos, o podemos imaginar para quienes no lo vivieron, lo
que era el electroencefalograma plano del domingo en la siesta sofocante del
pueblito de entre sierras donde nada, pero nada de nada, se movía. Salvo el
brasilero. Sabemos también que cruzó la plaza y entró a la confitería
Dionisios. Que se despatarró en un sillón dispuesto a mirar las películas que
compraba José Pedonese para abastecer la curiosidad de la clientela. Dionisios
tenía, entre sus novedades, la proyección de películas, en el formato que años
después tomaría el videoclub. Era la gran innovación que ofrecía el boliche.
No podemos saber qué fue exactamente lo que pasó. Hubo una
discusión del brasilero con un mozo o con un cliente, o con ambos. Sabemos, a
ciencia cierta, que el negrito, enojado, se levantó del sillón y a grandes
zancadas salió del boliche. Sabemos también que cruzó la calle y entró en negocio
que había enfrente, al lado del bar El Cisne. El resto parece una película. El
negro tomó una botella de Coca Cola, la que había consumido, y un cenicero de
vidrio, salió a la calle, se paró justo frente a la vidriera de Dionisios y
desde allí reventó el blindex que había colocado "Tito" Morazzo con dos bombazos que atronaron como una lluvia de cristales rotos en la tarde
atónita.
Lo que ocurrió después ya se ha contado alguna vez. La
inefable batalla entre un gladiador de sumo contra un boxeador de peso mini mosca.
Asimétrico combate que terminó con el brasilero volando por el aire cuando por
fin Pedonese lo pudo cazar contra la vidriera de la Óptica Foto Rembrandt.
A los fines de esta historia, y en honor al premio que ha
dispuesto el amigo Franco Cabrera, del Bodegón del Fuerte, hay una pregunta que
tiene una respuesta exacta, documentalmente irrefutable. Aparece, la opción correcta,
entre estas tres posibilidades.
¿Cómo se llamaba el comercio donde el joven brasilero se hizo de la botella y el cenicero que luego descargó sobre la vidriera de Dionisios?
San Roque.
Grill Argentino.
Confitería Gipsy.
Contestar al pie de este artículo en la sección Comentarios. Premio: una cena para dos personas en el Bodegón del Fuerte (sin bebida y válida de lunes a jueves). Los lectores pueden jugar hasta el viernes de abril a las 12 del mediodía.
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