Sabemos que Pedro Cagnoli inició un legado familiar que tres generaciones después continúa siendo la base de la empresa: respeto por las tradiciones, respeto por el medio ambiente en que vivimos y producimos, y amor por la calidad. Pero aquella figura solitaria y épica del precursor de la firma hoy mantiene su tradición del emprender artesanalmente con una idea de familia empresarial: más de 400 fuentes de trabajo ocupa Cagnoli a metros del Tandil del bicentenario, donde ya no sólo se pone el acento en la genuinidad del origien, la calidad y fortaleza de un producto que trascendió su marca, sino también la responsabilidad social empresaria frente a semejante número de trabajadores.

Hoy, con la cuarta generación integrada a la empresa se continúa con la misma visión y las mismas creencias con las que Don Pedro Cagnoli abrió el camino, hace casi un siglo.En el Día de la Industria, dialogamos con Pablo Cagnoli sobre la actualidad y el futuro de la empresa.

-¿Cómo encuentra a la firma Cagnoli este Día de la Industria?

-Venimos de unos años complejos para nuestra empresa y la coyuntura nacional plantea más desafíos. Resiliencia hoy pareciera ser la clave y creemos que como grupo de trabajo nos hemos fortalecido. Estamos muy entusiasmados con la reconstrucción de la Planta y con los desafíos de crecimiento planteados para los próximos 3 años. Por otro lado, la incorporación de la cuarta generación a la empresa ha sido una enorme alegría y nos nutre de nuevas visiones y experiencias.

-¿Cómo avanza la recuperación de la planta de desposte que sufrió el lamentable incendio?

-Comenzamos el proyecto de reconstrucción de la Planta de Carnes y esperamos tener todo listo a fines del 2023. Es difícil en Argentina encarar proyecto de mediano plazo, porque el contexto cambia día a día y hay que estar muy atento para poder lograr los objetivos. Por suerte, tenemos un gran equipo de colaboradores y proveedores, que nos hacen más fácil la tarea, pero sigue siendo un gran desafío. Tener nuestros hijos acompañando en la fábrica y que puedan vivir y sentir la importancia de este momento también es un factor muy positivo. Y estar en Tandil siempre es una ventaja. Nuestra comunidad, el nivel de profesionales y trabajadores que tenemos, la calidad de las empresas en general, son todos factores que facilitan la reconstrucción de la planta.

-¿Qué perspectivas observan para el sector de fiambres en esta región en particular?

-Nuestro sector depende mucho de la coyuntura económica, que marca el desarrollo del consumo interno. Sabemos que va a ser un año complejo, que la política de precios va a ser muy importante, de la misma manera que el cuidado de los costos. Pero por otro lado, vemos un cambio en el mercado que nos alienta a seguir pensando en los sabores y principalmente los sabores de Origen. Cada vez más, en chacinados, las personas buscan experiencias especiales, conocer el origen de los productos, valoran la artesanalidad y para nosotros este marco es muy fértil. Parte de esta ventaja competitiva de la región, fue el trabajo conjunto con nuestros colegas para lograr el sello de Denominación de Origen, que da sustento a todo el esfuerzo y trabajo que se realiza en cada uno de los eslabones de nuestra cadena de valor.

-¿En qué líneas de producción trabajan?

La familia de embutidos secos es la que más se asocia a nuestra región, uno dice en Argentina Salame o Salamín y Tandil aparece como uno de los principales referentes. Por otro lado, el desarrollo de Salazones como la bondiola y el Jamón Crudo está muy ligado al prestigio ganado por la región. Por otro lado, nuestro jamón Cocción Lenta, es el producto que llega a más puntos de venta de Argentina y tiene un sabor y aroma inconfundible. Pero el desafío este año es el desarrollo de variedades en mortadelas, buscando poner en valor las recetas tradicionales e innovando en las presentaciones y las experiencias de sabor.

-¿Exportan? ¿Qué productos y a qué mercados?

-Desde hace más de 15 años exportamos a Perú, Colombia y Paraguay. En Latinoamérica los alimentos argentinos tienen muchísimo prestigio y competimos en las góndolas contra productos italianos y españoles. Pero es muy importante continuar con la promoción de la Denominación de Origen, que nos abre la posibilidad de desarrollo de mercados Europeo.

-¿Cuáles son los objetivos de la empresa a corto y largo plazo?

En el corto plazo necesitamos reconstruir la Planta de procesamiento de carnes y continuar desarrollando nuestro capital humano. Como decimos siempre, las maquinas se compran, pero en nuestro sector la formación de equipos de trabajo es lo que marca la diferencia. A largo plazo los desafíos están más vinculados a la región que la empresa. Necesitamos seguir pensando Tandil como la región referente en la produccion de cerdo y chacinados, para lo cual será necesario no solo vincular a todos los actores de la cadena, sino también al estado, la universidad y a la comunidad. Es necesario continuar el desarrollo técnico y profesional en la elaboración de alimentos, así como también el desarrollo de los oficios en la educación técnica secundaria, que se ve complementado perfectamente con el avance logrado en la formación de técnicos en contabilidad, administracion y sistemas, todo esto en un marco de políticas que alienten el desarrollo del sector y la formación de nuevos puestos de trabajo.

-¿Cómo ven a Tandil en materia de producción de agroalimentos?

Lo mejor de Tandil como productora de agrolimento es la visión común de calidad y la voluntad asociativa de los actores entre si y de ellos con el Estado.
Es imprescindible para el desarrollo que todos los actores de la cadena de valor se focalicen en los mismos objetivos. Esto es una diferencia de la comunidad de Tandil que se ve reflejada en nuestra industria, en las instituciones como el Consejo de la D.O. Aportan el cluster Porcino, la mesa agroindustrial, entre otros. Todos trabajando en el marco del plan estratégico que sirve de guía en el largo plazo para el desarrollo del perfil productivo de cada sector.