Historias VOLVER

Lo imborrable

Inclinado sobre la mesa del bar, el reflejo del vidrio de la ventana lo devuelve como una sombra confusa. Parece uno de esos tipos que no esperan más nada de la vida. "Sin embargo -me dice, apenas me siento, como si me hubiera leído el pensamiento-, todavía algo espero. Lo esperaba a usted" -dice y busca al mozo, momento en que refulge, incómodo, otro dato de su cara: es vizco.

-Bueno, ya me encontró -le digo.

Son esas citas a ciegas que muy de vez en cuando tengo con gente que quiere contarme una historia. A veces funciona; a veces no. Es difícil de explicar cómo deviene el flujo de una historia. Lo mejor, después de tantos años de escuchar relatos, es que suceda de casualidad. Es decir, que la historia nos encuentre por azar. Pero este no es el caso. El tipo me citó y ahora que vino el mozo, ahora que ya pedimos lo que vamos a tomar (cortado para los dos), comienza el momento de la verdad. Y empieza de una manera ridícula.

-¿Qué opina de la separación de Fátima?-dice, abrupto.

Sorprendido, le digo que no me interesa el tema, que vayamos a lo nuestro.

-Estamos en lo nuestro. Fátima es la historia -dice.

-¿Me está jodiendo? Me citó acá para contarme una historia y me sale con ese culebrón de Radiolandia.

Por primera vez sonríe. El nombre de la revista denota nuestra edad.

-¿Leyó el tuit del espantapájaros explicando las causas de la separación? Si no lo leyó se lo sintetizo ahora: aquí no ha pasado nada -sonríe con cierta malicia border, una mueca algo idiota, y me mira con un ojo inquisidor. Le digo que no entiendo a dónde quiere llegar. Entonces se explica.

-Una separación cordial, en buenísimos términos. Se separaron porque él viaja mucho y ella tiene una función en Nueva York. Mire que ruptura civilizada. No hay dolor, no hay fracaso, no hay sensación de pérdida. ¿Qué le dice todo esto? Se lo digo yo: que fue todo un fraude. Un romance para la gilada. Cada uno podrá pensar lo que quiera, pero yo me detengo en esto: ¿y el amor? ¿Dónde estaba el amor ahí? Respuesta: no había amor, cero amor. Eso es muy importante, ¿no cree? Eso quiere decir que hay esperanzas...

De golpe su cara deviene en una blancura extraña, pero un áurea turbia no lo abandona. Es el instante en que vuelvo a confirmar -como decía Piglia aquello que primero dijo Hemingway- que en todo cuento hay dos historias: la que sobresale en la trama y la oculta. La teoría del iceberg. Eso intuyo ahora que el tipo saca el celular y se queda mirando algo que no alcanzo a ver.

-Ese beso... -dice, mordiéndose los labios, y el mentón se le endurece.

Da vuelta el teléfono y me choco otra vez con el beso más horrible del mundo, ese chupón repugnante del presidente y la artista en el escenario de un teatro de Mar del Plata. He visto decenas de besos en la tele, en el cine, besos que tocan las alturas del prodigio, porque no hay nada más mágico que un beso, y besos como éste, que descienden al sótano de la arcada.

El tipo se ha quedado en trance mirando la pantalla. Entonces recuerdo un caso que hizo mucho ruido en Tandil, el ruido de las botellas rotas: un loco que hoy creo que está preso y que hace algo así como diez años arrojaba desde su guarida pedazos de vidrios de botellas a la calle. Tenía en vilo al vecindario que previsiblemente empezó a llamarlo "El loco de la botella" y cuando por fin un periodista lo pudo entrevistar, el tipo dijo que estaba enamorado de Susana Giménez y que no iba a parar de tirar botellas hasta que la rubia le dijera que sí.

-¿Le parece que tengo chances? ¿Se anima a escribir sobre esto? -dice.

-¿La quiere mucho? -evito la pregunta con otra, mientras procuro evitar el sarcasmo.

-Con toda mi alma -dice.

Me levanto de la silla. Recién reparo en que no sé cómo se llama. Tiene un ojo en el celular y el otro ojo en mi mano que ofrece la despedida. Salgo del bar. Un día perdido, pienso. Después recalculo: parecía haber más amor en el desquiciado roto del boliche que en la feliz pareja que se separó sin dolor, dejando su sello patético e imborrable.

APORTA TU PENSAMIENTO

Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Últimas noticias

Artículos

Zapatos

28/04/2021

leer mas

Historias

"Bon o Bon", a pedido

08/05/2021

leer mas