Artículos VOLVER
Entonces el año se va con dos noticias. Una, en la esquina frente a la vieja ex Escuela Polivalente (y el aún más viejo ex Hotel Roma), en esa espaciosa playa de estacionamiento que, para ser sinceros, nunca anduvo muy bien que digamos, ahí mismo, el grupo Arcos Dorados anunció que levantará una sucursal de McDonald's.
La otra, ya es largamente la crónica de una muerte anunciada: el 31 de diciembre cesan los contratos de todos los inquilinos de la Galería Italia, que a partir de ese momento entrará en proceso de demolición para convertirla en un símil de lo que ya vemos desde el ex pub Liverpool hasta, casi, la Galería 9 de Julio, en el vértice de 9 de Julio y San Martín.
Ambas noticias tienen un patrón común: la plata viene de afuera. Una muy negra, si tal como lo expresa la leyenda urbana el testaferro del sindicalista millonario (que, digamos todo, maneja un poderoso gremio con camioneros de muy buenos salarios) es quien compró la galería y procederá a su demolición. Por su parte, Arcos Dorados, marca de fantasía que expresa desde el nombre una poeticidad algo naíf, comunicó en la víspera a través de Müller Propiedades que en el 2025 se levantará el local de las hamburguesas más famosas del mundo, y que el terreno fue alquilado para el desarrollo de la sucursal.
La historia de las franquicias en esta ciudad alterna éxitos con fracasos. Podríamos suponer aquí que la potencia de la marca tiene el 90% del éxito garantizado, pero igual cabe recordar que los pingos se ven en la cancha. Ídem para el Paseo del Banco, cuya suerte dependerá de las marcas de primer nivel que vengan de afuera. El centro viejo, pues, empieza a darle una vuelta de tuerca a ese territorio tan acotado en una ciudad donde todavía se duerme la siesta y no se termina de imponer el horario corrido.
Hay algo innegable: el empuje por sí mismo que ofrece la "Marca Tandil", la cual empezó a cobrar forma con la consolidación del nuevo formato de la ciudad, cada vez más fragmentado (que en nada colabora para la integración social), y con un fuerte nivel adquisitivo en las franjas medias altas y altas, a lo que debemos sumar la ventaja mayúscula de una economía diversificada (con el campo todavía a la cabeza, pero con otros sectores en alza). La marca, aún en tiempos difíciles para la economía, es un punto a favor para la puesta en marcha de estos nuevos emprendimientos. También la posición geográfica de Tandil resulta un intangible muy poderoso.
De modo que así están las cosas. Mientras el Paseo del Banco parece atravesar el final de su lenta marcha constructiva en un desierto entre andamios, y Luis Armani, el dueño del shopping infinito, empieza a ser llamado como el Moisés de Pinto y Rodríguez en busca de la tierra prometida, tendremos enfrente al nuevo Bar Ideal, a la vuelta el reformado Figlio y a cien metros del embudo de la Vuelta al Perro, el tantas veces invocado McDonald's.
En medio de este escenario muy dinámico en inversiones, también hay que decirlo todo: el asentamiento en Movediza, que no tiene paso atrás ya que hay un núcleo social muy heterogéneo consolidado tras la ocupación del lote, y que para adelante le impone al gobierno local y provincial un gran desafío: que el asentamiento precario derive en una suerte de pequeño barrio dentro de otro más grande, y logre eludir su destino de villa miseria, algo en lo que Tandil venía invicto. No será fácil encontrarle la salida al laberinto. Lo otro: el loquero de la vía pública, y la obscena provocación tribal de una banda de subnormales en moto sólo podrá ser contenida, para empezar a creer en una ciudad libre de ruidos, con la ejemplaridad del castigo. Cuando al subnormal menor, o al padre del subnormal menor que se desentiende de las impunes correrías de su hijo, le toquen donde más duele, el bolsillo, las cosas van a empezar a cambiar. Y para que cambien del todo tendrá que haber, por lo menos y hacia adelante, medio siglo de educación, que son exactamente las dos generaciones que se perdieron, aunque leer esto disguste tanto a la progresía cancelatoria.
En el balance del año que se va Tandil sigue ratificando su rareza extraordinaria: un islote discretamente próspero que todavía siente el crudo golpe de la recesión -la cual llegó más tarde y según dicen se irá más pronto- y que en el proceso de frenético desarrollo presenta otras complejidades y arduos desafíos. Suelo urbano y viviendas es tal vez el más importante. Estamos al límite en la cuestión del agua y la cuestión cloacas, más las grandes obras de infraestructura aún pendientes. El invaluable commodity de Tandil sigue siendo su calidad de vida, aunque la deuda pendiente es que esa tierra prometida también incluya a los que no la tienen.
Hemos tenido mucha suerte de nacer en este rincón del mundo, o de haberlo elegido para vivir.
APORTA TU PENSAMIENTO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.