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Dos duelos

Eso que fascinaba a Borges, el duelo entre cuchilleros, entre hombres de las orillas (las orillas de principios de siglo XX es el conurbano de hoy), el culto al coraje que practicaban aquellos malevos en los arrabales últimos, fue pasando del puñal al revólver, conforme al devenir de los años.

En este lado del mundo, hubo un duelo que quedó en la historia y fue entre los dueños de dos periódicos, algo completamente impensable en los días que corren. Pero como bien supo apuntar Dipi Di Paola, antes los diarios se hacían para vender ideas y no avisos.

El duelo en cuestión, que data de 1883, quedó retratado en un libro que es una suerte de antología del periodismo local, de sus intentos (a menudo vanos), en los siglos de la tinta y el papel. El libro se llamó Historia del periodismo de Tandil, y fue escrito a dos manos, la del periodista José P. Barrientos y la del historiador y periodista Daniel E. Pérez.

Vamos a los hechos:

"En el año 1883 aparece un matutino, denominado El Presente que se imprimía los miércoles, viernes y domingos. Sus directores eran los señores Norberto Casco y Francisco García. Contemporáneo de El Eco de Tandil dirigido por los señores Jaca y L. Carpy. Ni bien aparece El Presente, se suscita una áspera controversia entre ambos, con agudas críticas cruzadas. La polémica va creciendo en intensidad al punto de que El Eco, previene a sus lectores "sobre el daño a que se exponen si leen "El Presente", por la ponzoña que destila la pluma del redactor en Jefe". La respuesta fue que: "por su moral, el Sr. Jaca es indigno de figurar al frente de una publicación".

La reacción de Jaca, considerándose agraviado, le plantea al director de El Presente una cuestión caballeresca. Los padrinos de Jaca, Eduardo Arana y Juan B. Echeverría entrevistan a Francisco García, que rechaza la retractación exigida por Jaca y designa a Eduardo Erausquin y a Ramón Vázquez Brac, como sus representantes. Se redacta el acta correspondiente y se establece que el duelo se efectuará en la madrugada del 30 de noviembre de 1883, frente al Molino Viejo, en la chacra del Sr. Puente. Las armas, a falta de las típicas de duelo, fueron pistolas "Lafoucheux", con tres disparos por duelista y a una distancia de veinte pasos.

Luego de intercambiarse dos tiros por parte de cada duelista, al entregar las armas para ser recargadas, se consultaron los padrinos y dieron por terminado el duelo, "al haber cumplido ambos dignamente como caballeros". Invitados a reconciliarse, el Sr. Jaca se negó terminantemente. Este fue el primer lance conocido, justamente entre dos periodistas, en nuestra ciudad".

Para encontrar el segundo duelo, aunque fallido, hay que ir del páramo del Molino Viejo donde Jaca y García se tirotearon dos veces sin dar en el blanco, hasta mediados de la década del 90 pero del siglo XX, es decir cien años después.

Esta vez el hombre que se sintió agraviado fue el recordado médico anestesista de apellido Lozano, uno de los profesionales que el teniente coronel en retiro afectivo e intendente Julio Zanatelli había despedido del Hospital Municipal. Lozano, que sabía de armas, lo retó muy seriamente a duelo a través de la prensa, pero Zanatelli no aceptó el convite y, según dicen, le mandó a decir lo mismo que al finado Madarieta, el hombre que lo había traído a Tandil para hacerlo intendente, cuando se enemistó con él: "Díganle a Madarieta que se vaya a cantar el tango 'Rencor'".

Hubo un tercer duelo que tampoco prosperó y que, a falta de espacio y por lo bizarro que enteramente fue, lo dejamos para otra vez.

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